17 de febrero de 2021
Por: Liliana Kleinner / Twitter: @lilianakleinner
Hoy, se vive diversos contextos de una gran variedad de partidos políticos con sus respectivas ideologías, donde se encajan en términos de izquierda y de derecha, en muchos casos de divisiones de los fragmentados grupos políticos tradicionalistas, que son producto de la complejidad de un esquema institucional sobre el que gira la política a nivel internacional.
Uno de los que más ha sonado en los últimos 20 años ha sido el Lobo Feroz de la Política. El “Populismo”, por su aptitud, a la cual está dirigida hacia el centro de movimientos con una fuerza descomunal, cogiendo una trayectoria de endiosamiento a individuos que son representativos a nacional, al desprecio por la clases sociales, a la competitividad partidista, y excluyendo a la bipartidista, a la utilización inequívoca del Estado, como reformadores de las agendas sociales, económicas e institucionales, dejando abolido a muchos al margen, de la expresión política de los diferentes campos ideológicos, y/o partidos políticos sin locución alguna.
Se ha destacado esas preferencias a nivel mundial, donde se ha promovido, componentes de esta tendencia clásica, como son:
- El papel del líder sobre la gente.
- La expresión emocional.
- El lenguaje persuasivo.
- La inclusión simbólica.
- La adaptación de los expresados.
- La tendencia participativa.
- La representación política del pueblo.
Estas menciones han sido estrictamente tomadas como guías de generación en generación política de muchos líderes que a lo largo de la historia; han cautivado al pueblo como caudillos, y han sido despojados de todo su significado, en valores, principios morales, y de su arraigo cultural etc. Llegando a trazar con el extremo de ser delirantes contra la independencia, y con la desenfrenada altivez verbal, mostrándose ante el mundo como un espectáculo sin precedentes e históricos; que termina por ser lineamientos de ejemplo de lo que según, ellos creen debe ser la institución y el frenesí para llegar al poder.
Creen que dan la vuelta a los pliegos de propuestas políticas y de ser predominantes en los Estados de gobierno, llegando así a la manipulación de la economía nacional y a reiterar que la centralización, no es un beneficio.
Lo que alcanza a ser una política innovadora por extraños acólitos, con su sentido discurso, la convierten en la constituyente universal de alianzas, que terminan por ser caracterizaciones de las malas experiencias ya vividas, y que incluso pueden llegar a ser algo parecido a soluciones implacables; y solo la están convirtiendo es una política mezclada por ¡Lobos Feroces Del Poder¡.
