16 de Octubre de 2025
Resumen AI: La salida de Mónica de Greiff de la junta directiva de Ecopetrol, en medio de fuertes desacuerdos con el Ministerio de Hacienda, ha enrarecido el gobierno corporativo de la empresa y evidenciado una creciente injerencia política. Su renuncia se produjo tras oponerse a una reforma estatutaria que busca darle al Presidente de la República el poder de remover libremente a los junta directivos, una medida que ella y varios analistas consideran debilita la autonomía de la compañía al subordinarla a intereses políticos. Este hecho se suma a una alta rotación en la cúpula de Ecopetrol, generando inestabilidad y planteando serias dudas sobre el equilibrio entre el control estatal y la necesaria independencia gerencial para la competitividad de la petrolera, lo que envía una señal de alerta a los mercados sobre la posible politización de sus decisiones estratégicas.
La salida de Mónica de Greiff de la junta directiva de Ecopetrol ha generado una fuerte controversia y ha puesto en evidencia las tensiones al interior del gobierno corporativo de la empresa. Su renuncia se produjo en medio de un ambiente enrarecido, marcado por desacuerdos con el Ministerio de Hacienda, accionista mayoritario, y tras una serie de críticas públicas del ministro Ricardo Bonilla hacia su gestión y la de otros miembros de la junta. Este hecho no es aislado, sino que se enmarca en un contexto de creciente injerencia política y cuestionamientos a la independencia del máximo órgano de decisión de la petrolera estatal.
El punto de fricción central fue la propuesta de reformar los estatutos de Ecopetrol para permitir que el presidente de la República, en su calidad de accionista principal, pudiera remover libremente a los miembros de la junta directiva. Mónica de Greiff se opuso firmemente a esta iniciativa, argumentando que debilitaba la autonomía y el gobierno corporativo de la empresa, alineándolo más con intereses políticos que con criterios técnicos y de negocio. Su partida es vista por muchos analistas como una consecuencia directa de defender la independencia de la junta frente a estas presiones.
Esta salida se suma a un patrón de alta rotación y tensiones en la cúpula de Ecopetrol, creando un clima de incertidumbre e inestabilidad institucional. En menos de dos años, la empresa ha visto la salida de varios altos directivos, incluyendo al presidente Felipe Bayón y otros miembros de la junta, lo que afecta la continuidad estratégica y la gobernanza de una de las compañías más importantes del país. La percepción general es que el gobierno nacional está buscando un control más directo sobre las decisiones de la empresa.
El futuro del gobierno corporativo de Ecopetrol queda así en una encrucijada. La renuncia de De Greiff plantea serias dudas sobre el equilibrio entre los intereses del Estado como accionista y la necesaria autonomía gerencial para que la empresa opere de manera eficiente y competitiva en el mercado internacional. Este episodio no solo enrarece el ambiente al interior de la compañía, sino que envía una señal preocupante a los inversionistas sobre la posible politización de las decisiones estratégicas de la principal empresa de Colombia.