El FIFA Mundial de la Copa del Mundo 2026, que se disputará en Estados Unidos, Canadá y México, promete ser el más inclusivo hasta la fecha con 48 equipos participantes. Entre las novedades más destacadas están los debutantes confirmados: Cabo Verde, Curazao, Jordania y Uzbekistán, que por primera vez pisarán el escenario global tras campañas sólidas en las eliminatorias de sus confederaciones. Estos equipos inyectan frescura al torneo, representando a naciones con pasiones futbolísticas emergentes y el potencial de sorprender a los gigantes tradicionales, similar a lo visto con Islandia en ediciones pasadas.
Mientras tanto, seis selecciones aguardan su destino en el repechaje intercontinental, un mini-torneo que definirá los dos últimos cupos en Guadalajara y Monterrey durante noviembre de 2026. Los clasificados son Bolivia (CONMEBOL), República Democrática del Congo (CAF), Irak (AFC), Jamaica (CONCACAF), Nueva Caledonia (OFC) y Surinam (CONCACAF). De estos, Nueva Caledonia y Surinam podrían convertirse en debutantes históricos si avanzan, añadiendo aún más diversidad geográfica al certamen. El formato de dos brackets de tres equipos asegura duelos intensos, donde el ganador de cada uno se unirá al lote de 46 ya definidos.
Colombia, ya clasificada con autoridad en las eliminatorias sudamericanas, comparte el Grupo K del Mundial con rivales de peso. Los cafeteros enfrentarán a Portugal, liderada por Cristiano Ronaldo en su probable despedida; Uzbekistán, el debutante asiático que llega con solidez defensiva; y al ganador del Repechaje 1, que saldrá de Jamaica, Nueva Caledonia o República Democrática del Congo. Este último oponente añade incertidumbre, pero podría ser una oportunidad para Colombia de dominar temprano si el rival resulta accesible como Nueva Caledonia.
El Grupo K representa un desafío equilibrado para los dirigidos por Néstor Lorenzo: la experiencia portuguesa demandará lo mejor de James Rodríguez y compañía, mientras que Uzbekistán y el repechaje prometen partidos abiertos. Con el sorteo reciente, Colombia aspira a avanzar cómodamente a octavos, consolidando su estatus como potencia sudamericana en un Mundial expandido que celebra la globalización del fútbol.































